Muchas veces notamos que por suciedad, o por desgaste, los faros de nuestro coche comienzan a opacarse, perdiendo su capacidad de iluminar correctamente, o la potencia de la luz no es la esperada.

La solución es bastante simple, y podemos aplicarla nosotros mismos sin andar desarmando partes eléctricas o comprar unos faros nuevos, sino que necesitaremos elementos bastante simples.

Debemos conseguirnos una lija Nº. 2500, otra lija Nº. 3000, pasta para pulir color blanco más conocida por su nombre comercial, Polish), pulidor para metales y cera para limpiar y lustrar cuando todo esté terminado.

El primer paso consiste en lijar al agua cuidadosamente, utilizando la lija Nº. 2500 sobre la zona que se ha opacado.

A continuación, debemos pulir los rayones que haya ocasionado la lija anterior, con la lija Nº. 3000 (a mayor número, más pequeño serán sus granos)

Realizado este trabajo, debemos utilizar el Polish en la zona afectada hasta notar que todos los rayones hayan desaparecido, y apreciemos una superficie lo más lisa posible al tacto.

Terminada esta simple tarea, aplicamos el pulidor para metales hasta darle el aspecto brilloso característico de cada faro.

Y finalmente, la cera para lustrar y limpiar todo excedente de partículas que haya quedado, provenientes de las operaciones anterior.

Una solución práctica y fácil de emplear a un problema que muchos resuelven comprando faros nuevos.